EL FACTOR DE IMPACTO DE LAS REVISTAS COMO INDICADOR DE LA CALIDAD.
Alfonso Larqué Saavedra .
Investigador del Centro de Investigación Científica de Yucatán, Coordinador de Agrociencias.
Academia Mexicana de Ciencias, Miembro del Consejo Consultivo de Ciencias.
Dicha declaración nace el 16 diciembre de 2012, durante la reunión de Sociedad Americana de Biología Celular cuando un grupo de editores y representantes de casas editoriales de revistas especializadas reconocen como urgente la necesidad de mejorar la evaluación de los productos de la investigación científica y corregir la distorsión causada por emitir resultados basados en el índice de impacto de las revistas en donde aparecen los artículos de los investigadores. Al respecto el Profesor Bruce Albert, editor en jefe de la famosa revista Science declara en su editorial, que “el objetivo de la Declaración es corregir distorsiones en la evaluación de la investigación científica y que el factor de impacto de las revistas, no puede ser el tamiz que defina la calidad de los artículos de investigadores y ser utilizado, para promociones, para definir financiamientos o para contratar personal.
En el documento se señala enfáticamente que el factor de impacto de las revistas se creó por Thomson Reuters para ayudar a los bibliotecarios a decidir la compra de revistas y nunca tuvo la intención de ser el indicador de la calidad de artículos de los investigadores. El factor de impacto, se reitera, tiene un gran número de deficiencias que están debidamente documentadas, para ser considerado como el evaluador de la calidad de los artículos científicos. Dentro de estas resalta el que los datos que se utilizan para calcular dicho factor, no son transparentes y no están disponibles al público. También se señala que los factores de impacto de las revistas pueden ser manipulados por políticas editoriales.
La recomendación central del planteamiento de la Declaración, es la de eliminar la métrica basada en revistas, como el factor de impacto, para medir la calidad de los artículos de la investigación y tomar decisiones relacionadas con promociones académicas, nombramientos, financiamientos, entre otros. Enfatiza la necesidad de evaluar la investigación científica por sus propios méritos. La declaración propone las citadas reflexiones y otras específicas sobre el mismo tema a las agencias que financian la ciencia, a las instituciones, a las casas editoras de revistas y a los investigadores involucrados en comités o cuerpos colegiados que definen promociones, financiamientos, nombramientos y contrataciones. La Declaración anexa además, once referencias clave de análisis sobre el tema central de la evaluación de la Investigación, anotando uno fundamental publicado en 1997 por Saglen. Dicha Declaración es pública y está abierta para que investigadores y agencias relacionadas con el quehacer científico, se informen y la analicen y los que estén de acuerdo con la misma, manifiesten su apoyo. Al momento se anota que esta iniciativa ha recibido el respaldo de más de setenta y cinco organizaciones científicas, dentro de las que destaca la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).
Seguramente hay antecedentes en el Sistema Nacional de Investigadores de nuestro país, de cuestionamientos a la evaluación de sus integrantes vía el índice de impacto de las revistas donde publican sus integrantes. Como ejemplo se puede hacer referencia al comunicado hecho por la comisión de la llamada área VI, que conscientes de que la evaluación de la calidad del trabajo realizado por los investigadores, basado únicamente en artículos publicados en donde se da preferencia el índice de impacto de las llamadas revistas indizadas, no despeja con claridad la calidad ni la aportación realizada.
El análisis de este y otros puntos clave para medir la calidad e impacto de la investigación que hacemos en México deberá ser motivo de reflexión para alimentar una innovación que permita a los cerca de 20 mil miembros del Sistema Nacional de Investigadores diseñar con mayor grado de libertad el modelo de cómo favorecer que sus contribuciones realmente contribuyan a impulsar a nuestro país a transitar a la era del conocimiento.
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