El consumo a nivel mundial de alimentos ultraprocesados (AUP) en las últimas dos décadas ha experimentado un rápido aumento. México es uno de los países donde más se consumen alimentos ultraprocesados, entre ellos la denominada comida “chatarra”, es decir, aquella que contiene altas cargas de calorías y proporcionan poco o nada de nutrientes. El alto consumo de alimentos ultraprocesados y azucarados juega un rol importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y en el origen de la diabetes tipo 2, ya que el exceso de azúcares puede convertirse metabólicamente en grasa visceral y aumentar la resistencia a la insulina. Igualmente, la alta ingesta de bebidas azucaradas puede reducir la eficiencia de la filtración glomerular y con ello promover el daño renal. Recientemente se ha reportado una relación directa entre el alto consumo de alimentos ultraprocesados y el aumento de trastornos mentales tales como la depresión. Además, se ha comprobado que este patrón de alimentación puede reducir la longitud de los telómeros (secuencias repetidas de ADN no codificante) y con ello acelerar el proceso metabólico de envejecimiento. En contraparte, una dieta saludable rica en antioxidantes podría mitigar el daño por el alto consumo de alimentos ultraprocesados, disminuyendo el desgaste de los telómeros, reduciendo el estrés oxidativo y la inflamación. El objetivo del presente trabajo de divulgación es difundir el efecto del consumo de alimentos ultraprocesados en la salud, así como resaltar la influencia positiva del consumo de alimentos con actividad antioxidante bajo estas circunstancias.
Palabras clave: Alimentos ultraprocesados, Salud, Estrés oxidativo.